Durante el funcionamiento de un motor, el estado más ideal es tener los núcleos de hierro del estator y del rotor alineados axialmente, asegurando la máxima longitud efectiva del hierro. Sin embargo, en situaciones prácticas, debido al calor generado durante el funcionamiento del motor, los componentes se expandirán y, por lo tanto, será necesario determinar el extremo móvil y el extremo fijo de acuerdo con la estructura real del motor, dejando los espacios axiales necesarios. Además de la deformación térmica normal, durante el funcionamiento del motor puede producirse una desalineación de los núcleos de hierro del estator y del rotor debido a fuerzas magnéticas, lo que provoca un movimiento axial del rotor del motor. La consecuencia directa de este problema es la desalineación entre el estator y el rotor, lo que genera fuerzas axiales sobre los cojinetes.